jueves, 17 de mayo de 2012

Las dificultades del Rol.

Cómo se añoran esos primeros tiempos, en la temprana adolescencia, en los que a pesar de los estudios siempre se organizaba el grupo para jugar una o dos veces por semana. Y ya ni te cuento con la llegada del verano, que a pesar de las asignaturas suspensas o los trabajos varios (a cada cual con lo suyo), eran sesiones continuas donde las campañas se fusionaban con casi la vida misma (todos nos entendemos al respecto). Dicho esto siempre me acordaré de esa mañana que mi paciente madre me despertó y entre vigilia y sueños solté una especie de verborrea del tipo "¡El dragón... a la posada, a la posada!". Aún puedo ver su cara de estupefacción y su más que respetada opción de no hacerme preguntas al respecto. Bien sabía ella que no tomaba drogas.
Con este grimorio empezó todo para mi. 
En fin, lo que quiero decir con todo esto es la morriña de tiempos más fáciles en los que organizar las sesiones era algo casi automático. Supongo que a muchos otros jugadores de rol le habrá pasado lo mismo, con los años vienen más responsabilidades, el trabajo o la búsqueda de trabajo (que se podría tratar como un trabajo en sí mismo pero sin remuneración), la familia, otras aficiones, las facturas... y seguir haciendo un hueco para la sesión semanal es cada vez más y más difícil.
Personalmente me puedo sentir un privilegiado a pesar de todo lo que estoy escribiendo, principalmente porque sigo jugando con dos personas con las que inicié este camino de la fantasía, hace ya algo más de veinte años. En este periplo he visto tantos casos de ir dejando la afición a un lado que sería largo de contar y una pedantería enumerar los diferentes motivos a mi entender, ya que al final se pueden reducir a cuestión de prioridades, siempre y cuando sigas contando con gente de confianza para jugar (soy de los que les gusta jugar con amigos, en familia). Cualquiera puede jugar una aventura rápida en alguna jornada o evento pero no es lo mismo, no es la esencia del rol (me guardaré de hacer metáforas inapropiadas).
En nuestro caso particular principalmente por motivos de trabajo no podemos jugar todas las semanas, pero si nos organizamos, y no sin dificultad, sí que podemos hacerlo como mínimo una vez cada dos semanas de media.  No es lo mismo como esas campañas veraniegas de las que hablaba al principio... pero nos sigue permitiendo rolear y vivir en otros mundos, otros lugares y olvidarnos por unas horas de la crisis y todos los demás problemas (¿yoga, señora? ¡juegue al rol!). También es cierto que tenemos algunos tiempos de sequía, pero como he comentado casi siempre son por motivos laborales y son inevitables. Es complicado organizar los tiempos de 4 o 5 personas, cada una con unos horarios diferentes y unas responsabilidades de lo más variopintas. Una buena opción cuando no se puede jugar a rol son los juegos de mesa por supuesto, con el añadido que pueden jugar otras personas sin que tengan que comprometerse a las siguientes sesiones, pero al final el rol es el rol.
Poniéndonos de acuerdo para la siguiente sesión...
De esas "sequías" el que más sufre es el director de juego o "master" (un servidor), ya que es bien sabido lo que fastidia tener unas aventuras preparadas, un contexto, una campaña... para que se difumine con los días al no poder ser jugada de manera más o menos inmediata (no es lo mismo un plato caliente que comida precocinada). Pero aceptando que es la única manera de poder seguir adelante con una sana afición en la que no sólo interpretas a héroes, investigadores o ratones sino que ríes y lloras con ellos merece la pena la espera hasta la siguiente sesión. Y es que no sólo se trata ya de vivir en cualquier mundo de fantasía, es que después de tantos años, esa reunión lúdica te permite seguir en contacto con amigos, que quizás de otra manera los verías mucho menos, y de pasar un buen rato juntos.

1 comentario:

  1. Acabo de leer esta entrada... aunque cualquier campaña pasada (quizá fue mejor por las razones que expones y también fue una extensión de nuestras vidas porque sin duda estábamos en una fase de descubrimiento y el rol nos ayudaba a ser más libres), como bien dices, poder seguir jugando veinte años después es un logro y un privilegio. Larga vida al rol!!

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